¿Cómo hablar de libertad en este momento, cuando 134 almas aún están secuestradas en Gaza? Estamos en Pesaj, una época en la que se nos pide reflexionar sobre la salida de Mitzraim, y sin embargo, la realidad nos confronta con un desafío aún más inmediato. Enfrentamos una paradoja dolorosa: nuestros hermanos y hermanas están esclavizados, no en tierras distantes, sino muy cerca, a kilómetros de distancia que, sin importar su número, nos parecen insignificantes. Sentimos su dolor como si estuvieran a nuestro lado, como si su lucha fuera la nuestra.
Este Pesaj nos desafía no solo a recordar un hecho pasado, sino a vivir y actuar en el presente. Nos encontramos ante una situación que clama por nuestra voz y acción. Aunque parezca inaudito y la realidad nos golpee como una pesadilla que no cesa desde hace seis meses, en nuestro corazón sabemos que debemos despertar y actuar.
En medio de este aparente caos, nuestro espíritu no debe flaquear. Estamos llamados a seguir elevando nuestras haleluyas, a continuar alabando a D-s, porque al igual que en el pasado, tenemos la firme esperanza de que, una vez más, seremos liberados. No fue solo Moshé quien lideró la salida de Egipto; fue cada israelita quien, con fe y coraje, dio pasos hacia la libertad. Hoy, no importa quién se ponga al frente; lo que importa es nuestro común anhelo de liberación, que juntos perseguiremos hasta convertirlo en realidad.
Este Pesaj, renovemos nuestra fe y esperanza no solo en los relatos del pasado, sino en las posibilidades del presente. Enfrentemos nuestra realidad actual con la convicción de que este capítulo doloroso también llegará a su fin. Nuestra esperanza no es vana; es la fuerza que ha sostenido a generaciones y hoy nos impulsa a seguir luchando.
Oro con fervor no solo por los 134 secuestrados, sino por cada valiente israelí en nuestra tierra, quienes con valor defienden la promesa divina que Hashem nos entregó. Extiendo mi gratitud a todos mis hermanos y hermanas israelíes, y a cada miembro de nuestra comunidad global, cuyas oraciones y esfuerzos fortalecen nuestro espíritu colectivo.
En este Pesaj, que nuestra memoria del pasado inspire acciones presentes y forje un futuro de libertad y paz. Juntos, enfrentamos las adversidades con la frente en alto y el corazón lleno de esperanza, guiados siempre por la luz de nuestra fe. El amanecer de la libertad está cerca, y con cada paso unido, nos acercamos más a él.
En esta versión, he buscado fortalecer el mensaje de esperanza y acción, enfatizando el poder de la comunidad unida en la lucha por la libertad y la paz. Espero que este enfoque sea motivador y acorde con el espíritu de Pesaj.
Jag Sameaj
Am Israel Jai
